Algunas de las principales tendencias que han marcado la forma de laborar en este último tiempo son la sustentabilidad, la integración digital y principalmente el enfoque en el bienestar.
El gobierno de México no queda fuera de la fuerzas de esta tendencia global en cuanto a la búsqueda de bienestar en espacios laborales con su relativamente reciente norma, que en octubre del año pasado entró en vigor, la NOM 035 que tiene por objetivo “establecer los elementos para identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial, así como para promover un entorno organizacional favorable en los elementos de trabajo”, definiendo como factores de riesgo “aquellos que pueden provocar trastornos de ansiedad, no orgánicos del ciclo sueño-vigilia y de estrés grave y de adaptación, derivado de la naturaleza de las funciones del puesto de trabajo, el tipo de jornada de trabajo la exposición a acontecimientos traumáticos severos o a actos de violencia laboral al trabajador, por el trabajo desarrollado”. Esta norma en la etapa actual contempla como obligación únicamente lo que se relaciona con políticas de prevención de riesgos psicosociales; medidas de prevención; identificación de trabajadores expuestos a acontecimientos traumático severos y difusión de la información.
El bienestar de los colaboradores, más allá de ser vista sólo como una obligación para las empresas, ya ha sido relevante dentro de los objetivos de grandes organizaciones pues se ha comprobado que favorece la productividad, la innovación y la permanencia del personal dentro de la organización, por lo que las acciones que buscan beneficiar el bienestar son considerados como inversiones y no como gastos.
Los elementos intangibles para construir este entorno de bienestar dentro de la organización van desde los procesos internos, normas y cultura organizacional, entre otras, pero se ha comprendido que el equilibrio entre la vida personal-laboral y el desarrollo de personas son la clave para lograrlo.
Mientras que los principales elementos tangibles sobre los cuales las organizaciones se han enfocado para alcanzar este fin es a través de los equipos e instrumentos de trabajo y los espacios laborales, ya que estos representan los elementos de mayor impacto.
Una de las principales herramientas con las que una organización puede sumar al bienestar de sus colaboradores es la inversión en diseño de oficinas y mobiliario adecuados para crear espacios funcionales con condiciones favorables de acuerdo a la necesidad de cada departamento. En tema de espacios laborales y sobre todo en oficinas, WELL Building Standard es el principal sistema de certificación para diseño, construcción y operación de edificios saludable a nivel mundial, consta de normas para el bienestar y la salud humana para optimizar el edificio.
Un espacio de bienestar para los colaboradores considera una propuesta de distribución, resultado de una correcta aplicación de test fit y space plan; interiorismo corporativo alineado a la visión de la organización; seleccion de muebles y sillas de oficina ergonómicos desarrollados a la medida; optimizar espacios dentro de la oficina, para eficientar la interacción y el flujo de personal; contar con iluminación adecuada; e inclusión de espacios verdes dentro de la oficina. La suma de estos elementos bien aplicados lleva a que los colaboradores experimenten un entorno que favorece su bienestar.
Independientemente de que sea o no una obligación la búsqueda del bienestar de los colaboradores dentro de una organización, es un hecho que se trata de una tendencia real al día de hoy y sus resultados son evidentes desde un corto plazo.
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